Estamos próximos a las elecciones Legislativas y, más o menos, las tendencias se van acomodando. Por la plataforma mediática ya vimos desfilar a candidatos-personaje, los más suceptibles de la espectacularización de la política y la construcción de carisma vacío de ideas, y algunos pocos candidatos con proyecto.
Vimos también como Pino Solanas y Carlos Heller (ambos candidatos por la Capital) no parecen diferir sustancialmente en una política de redistribución y foco en los recursos estatales en clara oposición a los sesgos neoliberales que osan aún de su sed de reposicionarse en el escenario actual, pero sus enfoques son diferentes: mientras Heller apoya lo que se hizo y se propone a trabajar por lo que falta, tomando de esta manera como positiva la base de este nuevo contexto nacional y las posibilidades construídas por la actual gestión, Solanas ataca esas bases y les reconoce méritos parciales; poniéndose de esta manera en línea con el discurso más crítico.
Desde mi punto de vista, Solanas tiene ideas clave. Ideas que son deberes, compromisos que deben ser saldados. Su denuncia por la explotación de los recursos naturales, el beneficio a los grandes grupos económicos, lo posiciona como un progresista; o si se prefiere usar otro término no menos banalizado o manipulado, se posiciona como un dirigente de izquiera. Pero sus buenas intenciones me parecen justamente eso, y no digo que no tenga proyecto, pero "cortarse solo" debido a su férrea oposición a los Kirchner, me parece que lo deja un poco aislado en sus posibilidades de realizar sus proyectos, que son necesarios, pero son ambiciosos y pretenden atacar centros de poder bien establecidos. Basta para ello recordar el conflicto del año pasado con algunos sectores agropecuarios (no me gusta llamarlos "el campo")cuando el Gobierno quizo tocar parte de la renta extraordinaria para la inversión productiva y la construcción de instituciones educativas y de salud. En este sentido, me molesta que Pino juegue un papel que le dibuja la sonrisa a los candidatos de la derecha, como Prat Gay o Gabriela Michetti, tal cual se vio en el debate emitido por TN. Y no es que considere que Solanas tenga que ser funcional a algo en lo que no cree, aceptar todo y alinearse con el proyecto oficialista. A nadie se le pide abandonar la posición crítica, ni dentro del oficialismo ni fuera. Pero esta actitud de sobrar los logros y la recomposición del país desde 2003, creo que no le deja ver a Pino que su propuesta podría ser enriquecedora articulada con otras que apunten a cuidar lo que se hizo y así sumar votos por un proyecto comprometido con el cambio y su profundización sin tener que destruír o desmerecer los logros obtenidos. ¿O es que cuesta mucho reconocer los méritos del oficialismo? ¿tanta picazón da? ¿tanto miedo de ser tildado "k" por aquel sentido común, el más común de todos?. La lucha ideológica es ardua.
Pienso que Carlos Heller, desde su experiencia cooperativista, y Pino Solanas, desde su enfoque artístico y social comprometido con ciertas causas; podrían aportar más juntos que separados. Una simple opinión desde mis interpretantes.
Por otra parte, la cruzada de las encuestas no hace más que reflejar el perfil ideológico de algunos medios de comunicación y la fallida experiencia de estas muestras tendría que desalentar a cualquiera que piense que puede guiar su voto en base a esos resultados.
Algo parecido a lo que me pasa con Pino, me pasa con Margarita Stolbizer. La escucho y me parece sensata, tan sensata muchas veces que no puedo creer que comparta proyecto con la líder de la Coalición, Elisa Carrió, cuyo discurso fluctuante nos tiene acostumbrados a los exabruptos, los falsos cataclismos y un viraje hacia la derecha que le da un descrédito total a su antigua militancia (al menos desde lo discursivo). Carrió no dudó en mezclar dos términos irreductibles: empresas concetradas de medios y libertad de expresión. De esta manera, no dudó en decir que si se trata de defender la libertad de expresión no vacilaría en apoyar a los multimedios. Nada más falso que eso; menos voces no es mayor pluralidad.
Mauricio Macri y Alfonso Prat Gay desnudaron su pensamiento públicamente. El primero privatizaría lo reestatizado; el segundo, al igual que Carrió, volvería a tocar las puertas del Fondo Monetario Internacional. Evidentemente la memoria del pasado reciente les falla o nunca comprendieron el mal que estas políticas nos hicieron. Construyen un fantasma del Estado ineficiente y corrupto, pretenden asustar al conservador con una supuesta ola estatizadora y totalitaria que mutilaría al mercado. Infundado, por supuesto, como tanto de lo que viene de ellos. Y esta operatoria no es nueva: "no hay nada más conservador que un burgués asustado".
¿Qué decir de Gabriella Michetti? Hasta me cae simpática la construcción que de ella hacen los medios. Pero la vicejefa de la Ciudad y candidata, me deja atónita con sus respuestas (mejor dicho sus NO-RESPUESTAS), el desconocimiento de las cuestiones más básicas de la gestión, su incapacidad para defenderse ante un debate donde se ataquen sus ideas; su capacidad para titubear, para desviar el debate, para no poder fundamentar y terminar diciendo que no importa lo que parecía importante. Realmente incomprensible el rol que hoy le hacen jugar a Michetti y para el que ella misma se presta. Hoy, una escuela que no tiene gas le hacía saber al primer plano de Michetti y al "yo trabajo" característicos de los afiches del PRO, que con el bajo presupuesto asignado a educación (en constraposición a lo asignado para la recolección de residuos y la obra pública que embellece a los barrios) no parece que vaya a estar buena Buenos Aires.
En el Gran Buenos Aires, el oficialismo sigue plantenado las políticas que todos conocemos, porque son las que vienen sosteniendo e intentar profundizarlas. Podrán gustar o no gustar, pero están a la vista. No pasa lo mismo con Francisco de Narváez, que últimamente pareció defender las estatizaciones én oposición a lo que defiende su bloque, mientras que en otros discursos habla de "ajuste". Su inconsistencia es notable, así como su ausencia a las sesiones del Congreso. Se propone como el único capaz de encarar el cambio, lo que no dice es el cambio hacia donde. En sus propagandas, la gente que corre como en trance cansada del "basureo" de los políticos tampoco parece aclararnos el camino que nos propone recorrer. Aunque yo lo sé, no es difícil inferir lo que un candidato que posee medios de comunicación puede opinar acerca de una nueva ley de servicios audiovisuales, por ejemplo.
Me parece poco democrático no hablar de otros partidos que disputan un lugar en las legislativas. Pero su menor incidencia mediática me lleva a tener que informarme más.
Por otra parte, yo quiero responderle a la trabajadora de Jp Morgan que increpó a Carlos Heller, porque de verdad la noté muy preocupada por la utilización de los fondos de ANSES.
¿Qué hace Cristina Kirchner con los fondos para los jubilados?
Quizás esto te ayude:
"Las inversiones de la Anses en proyectos productivos, de infraestructura y para financiar el consumo ascienden a 4743 millones de pesos, ocho veces más de lo que destinaban las AFJP al mismo fin. El dinero fue utilizado para apoyar la construcción de viviendas, caminos y en plantas de generación eléctrica; para asistir a empresas agrícolas, de la construcción, de agua y de energía, y para financiar el consumo de automóviles y electrodomésticos. [...]
El informe puntualiza que la Anses ya repatrió 1245 millones de pesos mediante la venta de activos extranjeros. Las AFJP habían girado el 6,32 por ciento de los ahorros previsionales a “títulos y valores extranjeros”. Es decir, estaban financiando a empresas de otros países. Al 31 de octubre del año pasado, eran 4929 millones de pesos, contra sólo 563 millones que habían destinado a proyectos productivos a nivel local. Las administradoras poseían acciones de JP Morgan, Bank of America, Coca Cola, Repsol y Telefónica, entre otras. El Gobierno anticipó que en los próximos días habrá nuevas operaciones para seguir liquidando esas inversiones y girar el dinero a compañías en el país."
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-125181-2009-05-19.html
Es decir, las AFJP malversaban los fondos de los jubilados para enriquecer a otras empresas fuera del país y la "timba" financiera. Bajo este nuevo sistema con anclaje en el Estado, esos fondos se ponen a trabajar en inversiones productivas dentro del país, para los trabajadores del país y son CRÉDITOS, es decir, que se prestan con una TASA DE INTERÉS que por el efecto multiplicador del dinero hace que los fondos para los jubilados crezcan mientras ayudan a empresas productivas (y no especulativas) DEL PAÍS a mantener los niveles de trabajo y de consumo.
Bajo este esquema simple, me parece inmoral poner en cuestión esto y defender las AFJP, cuando nadie salió a criticar qué se hacía con esos fondos. Es más fácil atacar al Estado que al mercado.
Y por si quedan dudas, por si todavía piensan que esos créditos se pueden perder, los pueden robar o llevárselos los extraterrestres; se ejecutan bajo un marco de condiciones que asegura la operación, tal como en este ejemplo con la General Motor, a saber:
"La Anses otorgó un préstamo de 70 millones de dólares con garantías para financiar casi dos terceras partes del Proyecto VIVA de General Motors que desarrollará en su planta de Santa Fe. Se trata de un plan de producción del Chevrolet Beat. [...]
El acuerdo, destacó la Presidenta, “no lo firma un banco, una entidad financiera, como debiera ser en cualquier economía capitalista. Lo hace la Anses, que son los recursos de los trabajadores argentinos, y lo hace en condiciones sumamente convenientes para la empresa y los trabajadores, que además de prestarse en buenas condiciones de rentabilidad financiera, va a sostener la fuente de empleo de más de 2500 trabajadores altamente calificados”, subrayó. La mandataria remarcó que la operación es un “préstamo” y no una compra de acciones, como realizó el gobierno de los Estados Unidos con la casa matriz de GM."
Entonces, caer en el más común de los sentidos comunes con sus máximas pregonadas por doquier debería tenernos más atentos.
En fin, después de someras evaluaciones como estas y más allá de pertencencias partidarias que no deberían ser dogmáticas, no me parece difícil elegir dónde poner la fuerza y el apoyo para el cambio.
Lo triste e injusto es que estas informaciones tengan inconvenientes para posicionarse al alcance de más personas. Lo terrible es que algunos lo sepan, pero apuesten por un modelo neoliberal.