En la era de lo efímero y de un tiempo en el que se corre incesantemente detrás de algo que siempre se escapa; nosotros, como jóvenes argentinos, pensamos también en nuestro futuro.
La democracia para nosotros, senadores, no puede ser una cáscara vacía al amparo de los poderosos. Democracia significa participación múltiple, transformación. La posibilidad de que se exprese la complejidad de una sociedad en toda su extensión. De eso se trata y no de guerras personales. ¡Vaya si no busca esta falacia sepultar cruelmente un debate fundamental para nuestra sociedad! Esta nueva ley de medios es para la participación de todos.
Y porque siendo jóvenes pensamos también en la Argentina del mañana, les pedimos a ustedes, senadores, en el honorable rol que tienen de representar los intereses de la nación, que no claudiquen, que compartan nuestro idealismo, que se la jueguen aunque las corporaciones sean fuertes. Porque no queremos mañana seguir soportando este mundo injusto, donde lo poco que se comunica es en favor de unos pocos para que sigan teniendo mucho y para que los muchos se queden con poco.
Este horizonte, sencillamente, no nos resulta soportable. No queremos, ni podemos permitir, que sea este nuestro futuro. No claudiquen, senadores, ante unas corporaciones mediáticas que sin duda sabrán engalanar con luces y artificios a quienes sepan representar fielmente sus intereses en este momento decisivo. Pero ¿cómo mirarse después en el espejo? ¿qué reflejo obtendrían? ¿qué oscura justificación les permitiría desestimar esta histórica oportunidad para la Patria y seguir preservando la ley de la noche dictatorial?.
Como jóvenes, comprendemos lo que esta en juego. Se trata nada menos de la posibilidad de que distintas voces y formas de comprender el mundo entren en escena o de que la penumbra siga envolviendo a la mayoría de quienes buscan expresarse. Y, principalmente, que una minoría siga concentrando el monopolio de la comunicación en pos de sus intereses, envolviéndonos en la telaraña engañosa de su representación de la nación toda.
Senadores, somos jóvenes, tenemos sueños, ideas, esperanzas y voluntad por empezar a cambiar esta historia que hasta ahora parecía destinada a recorrer siempre un curso unilineal y sombrío. Cuenten con nosotros si se proponen acompañar la voluntad transformadora en esta hora histórica de nuestra patria. No nos decepcionen, como ya tantas veces lo han hecho los políticos de medio pelo, capaces de venderse al mejor postor y dar la espalda a su propio pueblo que los ha elegido. Si votan a favor de la democratización y la ampliación de las voces en nuestra patria, allí estará nuestro aliento y nuestra admiración. Sino, sepan contentarse con el futuro panteón de quienes dejan pasar una oportunidad transformadora por fidelidad al servilismo corporativo. Consuélense entonces con obtener de nosotros la decepción, el recuerdo de sus rostros clausurando nuestras esperanzas, el olvido que merecen los que no han sabido estar a la altura de esta hora decisiva, y que el único rédito que obtienen -si obtienen alguno- es quedar relegados en el sótano de la historia, de donde serán rescatados únicamente por los más vacíos y esquemáticos libros de texto.
El tiempo es hoy : llegó la hora de cambiar la Ley de Radiodifusión.
Es necesario, Senadores, que sepan escuchar el clamor de todos aquellos que han luchado y esperado tanto por este momento. Por eso, les pedimos que apoyen la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Juventud Carta Abierta.
La democracia para nosotros, senadores, no puede ser una cáscara vacía al amparo de los poderosos. Democracia significa participación múltiple, transformación. La posibilidad de que se exprese la complejidad de una sociedad en toda su extensión. De eso se trata y no de guerras personales. ¡Vaya si no busca esta falacia sepultar cruelmente un debate fundamental para nuestra sociedad! Esta nueva ley de medios es para la participación de todos.
Y porque siendo jóvenes pensamos también en la Argentina del mañana, les pedimos a ustedes, senadores, en el honorable rol que tienen de representar los intereses de la nación, que no claudiquen, que compartan nuestro idealismo, que se la jueguen aunque las corporaciones sean fuertes. Porque no queremos mañana seguir soportando este mundo injusto, donde lo poco que se comunica es en favor de unos pocos para que sigan teniendo mucho y para que los muchos se queden con poco.
Este horizonte, sencillamente, no nos resulta soportable. No queremos, ni podemos permitir, que sea este nuestro futuro. No claudiquen, senadores, ante unas corporaciones mediáticas que sin duda sabrán engalanar con luces y artificios a quienes sepan representar fielmente sus intereses en este momento decisivo. Pero ¿cómo mirarse después en el espejo? ¿qué reflejo obtendrían? ¿qué oscura justificación les permitiría desestimar esta histórica oportunidad para la Patria y seguir preservando la ley de la noche dictatorial?.
Como jóvenes, comprendemos lo que esta en juego. Se trata nada menos de la posibilidad de que distintas voces y formas de comprender el mundo entren en escena o de que la penumbra siga envolviendo a la mayoría de quienes buscan expresarse. Y, principalmente, que una minoría siga concentrando el monopolio de la comunicación en pos de sus intereses, envolviéndonos en la telaraña engañosa de su representación de la nación toda.
Senadores, somos jóvenes, tenemos sueños, ideas, esperanzas y voluntad por empezar a cambiar esta historia que hasta ahora parecía destinada a recorrer siempre un curso unilineal y sombrío. Cuenten con nosotros si se proponen acompañar la voluntad transformadora en esta hora histórica de nuestra patria. No nos decepcionen, como ya tantas veces lo han hecho los políticos de medio pelo, capaces de venderse al mejor postor y dar la espalda a su propio pueblo que los ha elegido. Si votan a favor de la democratización y la ampliación de las voces en nuestra patria, allí estará nuestro aliento y nuestra admiración. Sino, sepan contentarse con el futuro panteón de quienes dejan pasar una oportunidad transformadora por fidelidad al servilismo corporativo. Consuélense entonces con obtener de nosotros la decepción, el recuerdo de sus rostros clausurando nuestras esperanzas, el olvido que merecen los que no han sabido estar a la altura de esta hora decisiva, y que el único rédito que obtienen -si obtienen alguno- es quedar relegados en el sótano de la historia, de donde serán rescatados únicamente por los más vacíos y esquemáticos libros de texto.
El tiempo es hoy : llegó la hora de cambiar la Ley de Radiodifusión.
Es necesario, Senadores, que sepan escuchar el clamor de todos aquellos que han luchado y esperado tanto por este momento. Por eso, les pedimos que apoyen la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Juventud Carta Abierta.
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ResponderEliminarla era parirá, y será con dolor
que humorista escribió eso?
recien veía al rabino berhombre... arengando a las masas, con sus jóvenes atrás.
tuvieron que poner algunos pibes en cámara,
porque la edad sumada, de la concurrencia,
es igual a una etapa geológica.
algo está cambiando, luna
gracias por compartir este lado de
LuNa, Mariel, lo tuyo es magistral, me has dejado sin palabras, tu visión es tan clara, sabés exactamente lo q hay q decir y como decirlo. Mantengo mi admiración por vos, es más, cada vez es mayor. Me felicito por poder leerte, esto es lo mejor que puede pasarme.
ResponderEliminarSigo en Belo Horizonte por lo tanto no podré ir a la manifestación, no te imaginás cuánto lo siento; gritá un poco por mi, saltar no puedo pero gritar, aplaudir y levantar los brazos, exigiendo q se haga lo q debe ser hecho claro que si!!! Y de haber estado en Argentina hubiera estado presente no lo dudes. ! Qué lindo es haberte encontrado !
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ResponderEliminarla Lucía de arriba era yo, pero equivocada de blog jajaja... acá viene Luna :)
ResponderEliminarMuchas gracias a los dos!
Querida, Lolita, por las dudas aclaro que el texto es una producción colectiva de todos los jóvenes de Carta Abierta, fundamentalmente de Ariel Goldstein.
Estaré levantando las manos, cantando y aplaudiendo por vos!
un abrazo!!!