lunes, 31 de agosto de 2009

Documental "War on democracy" de John Pilger.

John Pilger, reportero australiano, ha llevado a cabo un trabajo formidable en este documental, del año 2007,sobre las democracias que se encuentran en estado de guerra.
La historia de nuestros pueblos es la historia de la injerencia que el Imperio norteamericano, en consonancia con los agentes nacionales en cada país, ha tenido sobre vastos sectores del mundo y con extrema agudeza en nuestros territorios latinoamericanos. Nicaragua, Guatemala, Venezuela, Chile y Bolivia se muestran en este documental como los casos que exponen el más feroz aparato de impunidad en contra de la dignidad de la vida humana y de los movimientos emancipatorios que encontraron su manera de accionar en la conciencia de organizaciones sociales y políticas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI.
Hoy Honduras nos muestra la cara más dolorosa y significativa de lo que pareciera ser una vuelta al pasado; cuando, en realidad, el proceso es el resultado de la emergencia en el país de fuerzas reaccionarias y conservadoras que no duermen y que se han mantenido latentes, celosas y profundamente preocupadas por la conformación de gobiernos en la región con un caracter popular, nacional y emancipatorio.
En este contexto, debemos comprender que la lucha por las reivindicaciones sociales y el establecimiento de una nueva ley que regule los servicios de comunicación son cuestiones estratégicas que, libradas al azar del mercado, han sido funcionales a los grupos de poder concentrados enterrando las posibilidades de un cambio social para las mayorias que esperan aún en las filas de la historia.


sábado, 29 de agosto de 2009

¿Ley de Medios "K"?

Estamos viviendo nuevos tiempos. La iniciativa impulsada desde el Ejecutivo Nacional de una nueva ley de medios de comunicación así lo demuestra. Los anteriores intentos por instalar una nueva ley que regule los servicios audiovisuales en la Argentina fracasaron y la ley 22.285, que lleva la firma de la última dictadura militar y propició el panorama de concentración y desigualdad en este ámbito estratégico en la vida cultural, social y política de cualquier país, mantuvo su vigencia. Los retoques que esta impune ley ha recibido sólo han tendido a incrementar más el panorama de concentración de medios en pocas manos y el surgimiento de los multimedios que controlan la opinión. Este es el caso de las modificaciones por decreto que se llevaron a cabo en la época menemista, con la privatización de canales y la extensión de licencias de 4 a 24 para una persona física o jurídica.
A más de veinticinco años de democracia sigue rigiendo una ley que se inspiró en la doctrina de la seguridad nacional y que usó la tribuna de los medios para enaltecer a un gobierno de facto que, por otra parte, procuraba silenciar el terrorismo de Estado y las violaciones a los derechos humanos. La necesidad de una nueva ley que organice y regule de manera eficaz los excesos de las empresas mediáticas, que han llevado a la concentración y homogeneización de pensamiento y opinión, es urgente. La sola existencia de monopolios u oligopolios informáticos impide la libertad de expresión y el derecho a la información. Nadie puede argumentar que la defensa a los grupos económicos que tienen la titularidad de los medios es la defensa a la libertad de expresión. Sí lo ha hecho Elisa Carrió, cayendo en un profundo laberinto sin retorno. Monopolios y libertad de expresión no son palabras hermanas ni compatibles, no pueden llevarse bien en una misma oración y mucho menos realizar el espíritu democrático en los hechos. Es claramente ilustrativo la postura de parte de la oposición que está empecinada en defender una ley de la dictadura, que cobijó bajo su ala a las corporaciones económicas, antes que a un proyecto impulsado por el actual gobierno de Cristina Fernández. Su fundamentalismo negador ha llegado a extremos insospechados y profundamente peligrosos.
Una de las frases trilladas y comunes que pretenden formar los multimedios y esta parte de la oposición como realidad permanente en la cabeza de los televidentes y oyentes es que se trata de una "LEY K". Cómo si la esperanza de haber machacado desde sus tribunas la idea de que los Kirchner son los demonios de la política les valiera para que una "K" asociada a la ley de medios sirviera para deslegitimarla desde el vamos. Como en muchos otros temas en que estos actores nos mienten y parcializan los hechos, en este olvidan un dato fundamental. Lo que ellos llaman una Ley "K" es el resultado del trabajo conjunto de un montón de agrupaciones conformadas por diferentes actores sociales que han dado luz, a través de la formación en 2003 de la Coalición por una Radiodifusión democrática, de 21 puntos de consenso acerca de cómo debería ser una ley democrática de medios de comunicación. Esos 21 puntos han sido tomados en consideración para la elaboración del anteproyecto de ley que presentó la Presidenta Cristina Fernández en La Plata y puesto en discusión abierta a través de foros realizados en todo el país.
Este jueves 27 de agosto, en el día de la Radiodifusión, finalmente la Presidenta envió al Congreso el Anteproyecto para que sea debatido en diputados. Unos días antes, por la disolución del contrato entre la AFA y TyC, ya se había llevado a cabo la realización de uno de los puntos fundamentales que garantiza la ley: la democratización del fútbol, una actividad que ha dado infinitas ganancias a los grupos económicos que concentraron la actividad.
Desde las 11 hs del jueves, se preparaba una concentración que nucleaba a diferentes organizaciones sociales, sindicales, estudiantes e independientes que escucharon el discurso por cadena nacional de la Presidenta. Desde allí, marchamos hacia el Congreso, con música, cantos y la profunda convicción de defender una ley que es necesaria para los tiempos que corren, la necesidad de nuevas voces y la concreción de una verdadera democracia.
Aquella porción de la oposición que se caracteriza sólo por oponerse, salió a deslegitimar a las pocas horas el proyecto, desde los zócalos de TN se decía que "CFK envió la Ley de medios K" y en Clarín se habló de una ley que busca controlar medios.

En este sentido, es relevante el análisis que realiza Liliana Chiernajowsky:
"El categórico y furioso rechazo de algunos representantes de la oposición al anteproyecto –sorprendente en algunos casos– parece sustentarse en los mismos raquíticos argumentos que esgrimen los grandes grupos mediáticos y sus asociaciones empresariales. Esa coincidencia argumental, funcional a quienes están defendiendo sus intereses corporativos, resulta, sin embargo, inescrutable en los representantes del pueblo.

La competencia política y la crítica al oficialismo no deberían hacer perder de vista un dato básico: los gobiernos cambian y se suceden cada vez que votamos, pero los procesos de concentración en el sector de las comunicaciones han continuado, consolidando situaciones monopólicas u oligopólicas que afectan el derecho universal a la información. La mentada ley de radiodifusión de la dictadura es ejemplar en este punto: al tiempo que muestra las imposibilidades o defecciones de los sucesivos gobiernos constitucionales, pone luz sobre las presiones y logros empresariales en tiempos de democracia.

Las declaraciones de asociaciones como Adepa, cuando se refieren a la libertad de expresión amenazada, están pensando, en realidad, en la libertad de prensa como equivalente al derecho de propiedad. Para ellos, la libertad de información es, en definitiva, la libertad del informador. Siguen aferrados a una consigna que nunca han abandonado: la mejor regulación es la que no existe. En consecuencia rechazan cualquier regulación legislativa que confiera garantías instrumentales a los derechos de quienes reciben información por parte de los medios. E ignoran la evolución histórica que se ha dado en las nociones vinculadas a la libertad de expresión y el derecho universal a la información. Es lo que se pudo plasmar en documentos recientes de organismos internacionales como la Relatoría para la Libertad de Expresión de la OEA (2004), que señalan la necesidad de generar condiciones que garanticen la pluralidad y diversidad del mercado de las industrias culturales e informativas. Esta dimensión de la cuestión no aparece en el discurso de los medios porque involucra directamente sus propios intereses. Lo penoso es que este discurso corporativo del sistema mediático se reproduzca en declaraciones y columnas de opinión de algunos legisladores que tienen el privilegio de escribir en “tribunas” que no están disponibles para opiniones divergentes a la de los dueños de esos medios."

La nueva ley de radiodifusión de la democracia es la madre de todas batallas. En su seno se desenvuelven intricadas luchas de intereses y en el medio, apresadas como siempre, las voces que no encuentran un espacio en las discursividades que circulan socialmente.

Volviendo a la carga

Ignacio Copani es un cantautor argentino comprometido con la realidad social de su país. Es uno de los pocos artistas que ha demostrado un apoyo explícito, a través de su arte y de sus intervenciones públicas, al Gobierno Nacional y a sus políticas orientadas a la construcción de un Proyecto de país Nacional y Popular. En su canción "Cacerola de Teflón", por ejemplo, interpeló a todos aquellos que salieron a las calles con sus cacerolas indignadas defendiendo a las cuatro entidades patronales, que se nuclearon en la llamada Mesa de Enlace, de las retenciones móviles que se quisieron aplicar al sector del agro a través de la Resolución 125. La letra de este tema se convierte en un "contracacerolazo", y pretende desnudar las profundas contradicciones de un sector de la sociedad que entra en cólera con el Gobierno y se indigna de la pobreza, pero defiende a uno de los sectores más concentrados de la economía, sumando con su bulla al ánimo destituyente que imperó en marzo de 2008.
El artista fue agredido y amenazado por su posición en el conflicto y muchas puertas laborales se le cerraron. Sin embargo, siguió escribiendo e incluyendo en su lista general de temas canciones que reflejan su visión acerca de la situación política y social en Argentina.
En esta oportunidad, quiero compartir con ustedes un tema que descubrí hace pocos minutos y que alude a la compleja situación de un vicepresidente que es opositor al Gobierno que integra y que, desde adentro del mismo, lleva a cabo su campaña deslegitimadora y de impulso personal y sectorial. Un claro retrato de la política argentina de nuestros tiempos.



jueves, 13 de agosto de 2009

La pobreza y nuestras miserias

Quiero difundir en este espacio una reflexión del artista y trabajador de la cultura, Ignacio Copani. Quiero ser el eco de un reclamo de racionalidad y honestidad con nosotros mismos y con nuestro país.

Entre el barullo mediático y no mediático que nos azota día a día, resulta difícil encontrar espacios que oxigenen las miradas; y nos permitan, de esta manera, mirar un poco más allá. Revisar la historia que reclama ser comprendida, analizar el presente sin caer en la sustitución por generalización que tira por la borda la diversidad de los escenarios y panoramas que transitamos mientras ayudamos a construírlos. Y, como no puede ser de otra manera, delinear un proyecto futuro que pueda apropiarse de los reclamos de antaño en cuanto a la justicia social y darle efectivas soluciones.

Es nuestro compromiso como seres de la historia presente, tomar partido en las luchas que nos reclaman. Con amor, paciencia, respeto y perseverancia. Con creatividad, sensibilidad y empeño. Desatar las cadenas que impiden la revolución de los sentidos, las sensaciones, las experiencias de liberación que todo ser humano tiene como derecho.



"La pobreza en la Argentina, fue instalada por Néstor Kirchner y Cristina Fernández???

Por Moreno??? Por Aníbal??? Por Alicia??? Por algún otro demonio setentista???

Por el fantasma de Evita??? Por D'elía??? Por los sindicatos??? Por la A.F.A.??? Por Mí???

Entiendo perfectamente que tanto los partidos de oposición como el Partido Multimediático no reconozcan que al menos este gobierno redujo a la mitad la cantidad de pobres desde el día que inició su gestión.

Sería como pedir Margaritas a los Cerdos (y esto no es ninguna referencia al desencuentro Stolbizer - Carrió).

Entiendo también que los que verdaderamente acentuaron los índices y las lágrimas de la pobreza retocen alegres y sin culpas por los canales de televisión. ¿O alguien esperaba que Cavallo u otros que fueron ministros de la década infame menemista y de la alianza tóxico-residual pidieran perdón?

Entiendo también que los sementales del neoliberalismo iniciado con la dictadura militar, destructora de empleos y de vidas, no sólo miren hacia otro lado, sino que sumen a su discurso la preocupación por los pobres.

Incluso entiendo a las viudas del kirchnerismo, a quienes sostuvimos durante años sobre la alfombra roja y cuando hay que poner verdaderamente los mejores y más corajudos atributos sobre la mesa, han preferido escapar como roedores por el tirante oportunista que presupone nuevos tiempos para las viejas derechas.

Los entiendo a todos.

Entiendo que la iglesia se rasgue sus impolutas vestiduras mientras deja librados a su suerte a los propios curas que se embarran en las villas y asentamientos. Entiendo que no reconozcan el fracaso absoluto de la beneficencia sin ir al fondo o la génesis de la desigualdad. Sin hacer ni siquiera la mínima referencia a las actitudes escandalosas de nuestra iglesia durante el festín oligarca que llevó a nuestra comunidad a ser lo que es hoy.

Cuando era chico, en el Padre Nuestro, se rezaba: ¨Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores¨. Hoy se ha cambiado esa frase por: ¨Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden¨. Por lo tanto si ofendo a alguien con estas palabras, se que estoy perdonado y la iglesia, está eximida de afrontar sus milenarias deudas con los pobres de toda pobreza y de toda región.

Pero al único que no entiendo es al tipo común que se instala en el medio de la turba iracunda, difamadora, crispada, golpista, que aplaude los lugares comunes del linaje gorila que hoy ha encontrado en ¨la pobreza¨ (la que ayudó a generar y la que en verdad le importa un carajo) una muletilla más donde apoyar sus odios.

¿Tan hueco quedó su cerebro como para convertirse en caja de resonancia que únicamente puede reproducir el eco de lo que los grandes medios le gritan?

¿Tan vacío quedó su corazón como para no tener una mirada comprensiva hacia el esfuerzo que se hace día a día en el combate contra la pobreza?

¿Cree de verdad que todos los funcionarios que se desempeñan en salud, desarrollo social, educación, áreas de trabajo, comercio, producción, organizaciones populares, municipios, etc, se rascan todo el día y el único que se da cuenta de que hay pobres es el presidente de la Sociedad Rural?

¿Tan mansamente acepta que la línea de pobreza se trace de acuerdo al ingreso de una familia y no a otros factores?

Siendo así, alguien que gana $1.200.- es pobre, pero si gana unos mangos más deja de ser pobre. Prefiero medir los términos de pobreza a través de las chances de inserción que tengan los ciudadanos, de la realización en el trabajo de los jefes de familia, de las posibilidades de estudio de sus hijos, del acceso a la cultura y al deporte de los mismos, de las condiciones de infraestructura, servicios, agua, energía, pavimento y otros ítems del mínimo confort que uno precisa para desarrollarse.

Nadie puede decir que el gobierno atente contra ese esquema que puede sacar de la pobreza a una persona.

Nadie puede acusar al gobierno de tapar cloacas, cerrar canillas, cortar cables y romper caminos (salvo al gobierno de la ciudad de Buenos Aires que sigue empeñado en asfaltar calles que ya estaban asfaltadas).

Todo lo contrario. Quien camine el país verá la sensacional cantidad de obras en esa dirección que se vienen llevando a cabo y si lo camina bien, también se dará cuenta de la gran cantidad de obras que faltan todavía.

Desde el chicaneo de los canales de noticias se enciende la alarma al comprobar que hoy nacerán miles de pobres. También nacerán miles de hembras, miles de machos, miles de morochos, miles de rubios, miles de porteños y miles de provincianos. Si este es un país con pobres, es lógico (e injusto) que nazcan pobres, pero esos medios jamás dedican un minuto de hidalguía para reconocer el empeño que pone esta administración política para utilizar la mejor herramienta que imponen estos tiempos: El Trabajo.

Trabajo. Unica y principal barrera que pueda frenar todos los dilemas sociales que nos angustian. Trabajo, que dará más educación, más bienestar, más seguridad y ojalá... más trabajo.

El sordo que no quiera oír (o sea, el peor) que no escuche nada del mundo que habitamos. Que se haga el oso cuando se entere que en Estados Unidos, en un año y medio, se han despedido más de 7 millones de trabajadores y que ya en 2009 se ha batido el record de quiebras de pequeñas empresas. Que tampoco oiga de los millones de despidos en Brasil y en España (dije despedidos en un año, no desocupados, que son muchos millones más), pero que sepa que en Argentina eso no está pasando. Que mientras los sindicatos del mundo espadean por mantener los empleos, aquí se discuten aumentos de salarios.

Y que sepa que mientras el gobierno se hace cargo de infinidad de espacios de empresas que dejarían a miles de argentinos en la calle, nuestros grupos del monopolio mediático (esos mismos que se escandalizan con la pobreza) no permiten en sus feudos que haya, por ejemplo, delegados gremiales. Encima llenan sus redacciones con estudiantes pasantes contratados por 2 pesos, por 2 días. Y no nos olvidemos tampoco de nuestros grupos de agronegocios (esos que se han autodenominado ¨la patria¨ y se dicen conmovidos por la pobreza) que mantienen a la mayoría de sus peones sin cobertura médica, ni seguro de trabajo, sin respeto de horarios, asignaciones especiales... en fin... en negro, bien negro.

Si gobernar es crear empleo, apuesto todo al gobierno para que siga gobernando. Ni una ficha le pongo a quienes, con tal de limarlo día a día, hablan hoy de la pobreza , cuando por cierto, la única pobreza con la que tienen trato cotidiano, es la pobreza de su memoria, de sus ideas y de sus ideales."

lunes, 3 de agosto de 2009

Desandar la historia



[...]BUENOS AIRES Y SU CITY

No supieron ser en su país los hombres de la "city" y la "city" fue extranjera. Por la estúpida vanidad de esa clase, el país frustró la ocasión de capitalizar para el desarrollo nacional la oportunidad que la historia le brindaba. Dilapidaron en consumo superfluo la parte de la renta nacional que la burguesía extranjera les dejó a cambio de la renuncia de su función histórica; cuando la divisa fuerte se acabó dejaron de ser ''los ricos del mundo" y volvieron para ser "los ricos del pueblo", no en razón de la riqueza que pudieron crear, sino del privilegio que les permitió acumular su condición de titulares del dominio, en la valorización de las tierras originada en la transformación y lo poco que invirtieron en la producción primaria. Volvieron a cuidar aquí ese orden en virtud del cual, ya pobres en el mundo, se les permitía ser ricos en el país por comparación con los más pobres, a condición de garantizarle a la infraestructura extranjera de la producción el cómodo usufructo del intercambio. Así, la expansión agropecuaria, que fue la más grande oportunidad que tuvo el país de capitalizarse, como consecuencia del fracaso de su burguesía sirvió para consolidar su situación de dependencia. En la medida que esa clase no cumplió el papel que correspondía a una burguesía, se resignó a ser la fuerza interna dependiente cuya misión ha sido impedir toda modificación de la estructura. Es lo mismo que pasa con los ejércitos en todos los países periféricos: o intentan la realización nacional cumpliendo como tales con su destino histórico, o se convierten en una mera policía del orden conveniente a los de afuera. Esa diferencia que hay entre el soldado y el cipayo ocurre en el orden económico según la burguesía cumpla funciones nacionales o simplemente sea un sector dependiente.
LOS "PROGRESISTAS" DEVIENEN ANTIPROGRESISTAS
Cuando la producción agropecuaria llegó a los topes previsibles y la población siguió creciendo, ya no sólo dejó de cumplir su papel como burguesía, ante el peligro de que la realidad, imponiendo las leyes de la necesidad, alterase la estructura a que se ligaba. De la euforia del progreso y su hipertensión, que vivió tirando manteca al techo, pasó a la lipotimia del miedo a la grandeza. Quiero aquí recordar la frase de ritual de la vieja oligarquía que he dicho al principio de la nota: '"Cien millones de argentinos conducidos por la azul y blanca ante el trono del Altísimo". Y agregar dos citas que no me cansaré de reiterar, porque definen los dos extremos entre la euforia de los triunfadores y la derrota de los sometidos que quieren someter el país. En 1956 el Dr. Ernesto Hueyo, ex ministro de la Década Infame y personaje representativo de su clase, sostiene en un artículo de "La Prensa" que el país tiene exceso de población y sólo se le ocurre una solución: que emigre el excedente de argentinos innecesario para la economía pastoril. En 1966 el presidente de la Sociedad Rural, Sr. Faustino Fano —un nuevo incorporado a la alta clase— expresa el pensamiento de la misma diciendo en el habitual banquete de la prensa extranjera —donde los primates del país van a dar examen de buena conducta e higiene mental— que la población conveniente a la República está en la relación de cuatro vacunos por cada hombre. Ajustándonos al cálculo de este último, y partiendo de una existencia presumible de 45 a 50 millones de vacunos, hoy no debería tener más de 12 millones de habitantes. Si tiene 25 millones se ha excedido en el 100 por ciento. ¡A esto ha llegado la élite que se dice continuadora de la que jugaba a los 100 millones de habitantes y los prometía ante el trono del Señor! Y lo terrible es que tiene razón si el esquema económico argentino ha de ajustarse al destino que le tienen reservado al país los que se creen sus dirigentes por derecho propio, los que habitualmente sacan al Ejército de sus cuarteles, los que habitualmente vuelven a meterlo en los mismos y los que ponen al frente de la economía a los expertos profesionales que se turnan en su dirección.


[...]


Arturo Jauretche

EL MEDIO PELO EN LA SOCIEDAD ARGENTINA.